CUANDO LAS CRISIS LLEGAN

             A lo largo de nuestra vida atravesamos muchas situaciones
de crisis, cómo las enfrentamos y atravesamos está íntimamente ligado a la
manera cómo interpretamos esa realidad. Todas las personas disponemos de
capacidades para hacer frente a las dificultades, sin embargo, no todas creemos
que eso es cierto, ese es el kit de la cuestión.

Las personas que creen en sí mismas son conscientes de
que disponen de capacidades para hacer frente a las situaciones difíciles y
enfrentarse a ellas, por ello ante las dificultades actúan de forma activa, son
más resolutivas, ponen en marcha sus recursos de afrontamiento  y generalmente salen fortalecidos con la
experiencia. Por el contrario, las personas que no creen en sí mismas se suelen
quedar paralizadas, bloquean sus recursos y sus capacidades para afrontar la
situación y una vez que adoptan esta postura pasiva solo les queda sufrir las
consecuencias.

           El inadecuado afrontamiento de las crisis, pone en marcha
todo un repertorio de comportamientos y actitudes también inadecuadas que
pueden terminar ocasionando alteraciones emocionales.
 

¿QUÉ PERSONAS AFRONTAN PEOR
LA CRISIS?

            Todos somos susceptibles de atravesar situaciones
difíciles, de estar cansados e incluso agotados por situaciones complicadas y
estresantes que duran en el tiempo, sin embargo, no todas las personas
reaccionan del mismo modo y mientras que unos salen fortalecidos de esas
situaciones otros se precipitan hacia la depresión o la ansiedad. ¿De qué
depende?, ¿Qué factores están implicados en las distintas reacciones ante las
crisis?.
            Las
personas que no creen en sí mismas, tienen más dificultades para hacer frente
al estrés. Cuando el autoconcepto 
personal es negativo alimenta una autoestima deteriorada, que abre las
puertas de la inseguridad, el miedo, la indecisión, la dependencia, los apegos
excesivos hacia las personas y las cosas que las hacen más vulnerables.
            Por
otro lado las situaciones de crisis sean del tipo que sean, separaciones,
enfermedades, económicas, laborales etc, pueden complicarse mucho más para
estas personas, cuando ya se tienen alteraciones emocionales previas y cuando
no se cuentan con apoyos familiares y sociales que les aporten la ayuda
necesaria para poder remontar.

 

CRISIS DE VALORES
            Como
consecuencia de los cambios en las condiciones de vida que conlleva una
situación de crisis, puede aparecer la crisis de valores que afectan profundamente
a nivel personal y pueden extenderse también al nivel de las relaciones
interpersonales.
            Este
cambio podríamos verlo como algo negativo y de hecho así lo vemos cuando
estamos inmersos en esa vivencia, sin embargo, pienso que es todo lo contrario,
en realidad lo que perdemos es la vigencia de los valores de una realidad que
ya no está en nuestro presente ¿para qué nos servirían entonces?.
            La
nueva situación requiere de una nueva mirada, así que la ruptura con los
valores y los modelos conocidos, abre la posibilidad de  adoptar una actitud responsable frente al que
es el aquí y el ahora en nuestra vida.
            Se
abren nuevos interrogantes para los que tenemos que encontrar nuevas
respuestas:  
¿Qué es lo que verdaderamente
me importa ahora?
            A
partir de esta pregunta comenzaremos a gestar nuevos valores, estilos de
comportamiento diferentes que nos encaminan a lograr nuestros objetivos,
activaremos nuestros recursos en pos de conseguir una nueva forma de vivir. De
lo que se trata es de generar, elaborar, planificar y realizar acciones que
gesten nuevos valores que sirvan de base y restablezcan de nuevo estabilidad en
nuestra vida.
 LAS SITUACIONES DE CRISIS TIENEN PRINCIPIO Y
FINAL
            Cuando estamos metidos de lleno en una de esas
situaciones en las que nos parece que todo es negro, parecerá paradójico pero
lo más sensato que podemos hacer es mantener la calma y pararnos, a veces hay
que parar para poder seguir, y gravar en nuestro pensamiento que la crisis
tiene un principio y también tiene un final.
          
                Generalmente los problemas vienen acompañados de su
solución.

De la encrucijada que se produce en la situación de crisis
surgen varios caminos de salida, por eso será de mucha utilidad PARARNOS, ESCUCHARNOS, REVISAR las circunstancias que nos han conducido a esa
situación, VALORAR todas las posibilidades que se abren ante nosotros y PONERNOS EN MARCHA para realizar los cambios oportunos que nos conduzcan a mejorar nuestra
situación.
 
 

 
 

Autor entrada: MariaGuerrero