LA BUSQUEDA DE SENTIDO A LAS COSAS QUE NOS SUCEDEN


Generalmente
tendemos a buscar un motivo para explicar las cosas que nos suceden, necesitamos explicaciones que nos resulten válidas para entender y colocar todas las piezas del puzle que nos permitan mantener la situación bajo control y nos
resistimos a aceptar la idea de que puede que no haya un motivo y que en el
universo de los hechos, las cosas simplemente suceden.

Algunas
personas no pueden resignarse a esta idea y buscan conexiones tratando
desesperadamente de encontrar sentido a todo lo que ocurre. Se convencen a sí
mismos de que Dios es cruel, que la gente es mala o de que los errores que han cometido son tan grandes que merecen
ser castigados por ellos, antes que aceptar que todos estamos en el bombo de la vida y, de
forma indiscriminada, somos suceptibles de vivir acontecimientos traúmáticos y dolorosos.

         ¿Como poder
dotar de sentido y dar una explicación al hecho de que una persona perturbada
salga a la calle, pistola en mano y comience a disparar aleatoriamente?. ¿Por qué
muere una persona interceptada por esa bala, mientras que otra, por haberse
despertado tarde, sale a la calle cinco minutos después de su hora habitual,
salvando así su vida?.

Ocurren accidentes automovilísticos
cada día, muchos de ellos bastante graves, sin embargo no para todos los
ocupantes de los vehículos siniestrados el resultado es el mismo. Aunque sea el mismo
accidente, unos mueren mientras que otros salen indemnes o con heridas leves.
 
         Podemos decir
entonces que pasan cosas que, de la misma manera, podían haber sido
diferentes.  Por ello, simplemente,
tendremos que aprender a vivir con esas situaciones sabiendo que el accidente,
terremoto, asesinato , robo, etc., no son la voluntad de Dios ni la maldad ni el castigo por los errores que hayamos podido cometer sino que
representan el aspecto de la realidad que se mantiene independiente de la
voluntad y ajeno a nuestros actos.
 


Cuando alguien cercaco y querido muere, lo primero que aparece en nuestra mente es la pregunta ¿Porqué, con lo bueno que era?, incluso nosotros mismos sufrimos un accidente o somos diagnosticados de una enfermedad grave y confrecuencia pensamos ¿Porqué a mí?.

 Yo me pregunto,
 
¿Porqué a mi no?.

        
 Las leyes de
la naturaleza nos tratan a todos de igual manera. No hacen excepción con la
gente útil, buena, amable o simpática. Si un hombre entra en una casa habitada por una persona
que padece una enfermedad infecciosa, corre el riesgo de contagiarse. No
importa el motivo por el cual se encuentra en esa casa.

         Una bala no
tiene conciencia, tampoco un tumor maligno o un automóvil que pierde el
control. Este es el motivo por el cual la gente buena y todo el mundo, sin
exclusión, enfermamos, sufrimos  y
morimos sin discriminación.

 

Autor entrada: MariaGuerrero