Cuando vivimos situaciones dolorosas que nos precipitan a vivir estados de crisis, nos sentimos desconcertados, abrumados, desorientados y solo queremos salir de esa situación a toda costa para recuperar nuestra «normalidad», que no es otra cosa que volver al mundo que conocemos y que creemos que podemos controlar, solo así pensamos que recuperaremos nuestro bienestar.
Las crisis son necesarias. A través de ellas descubrimos partes nuestras que nos son desconocidas, ponemos en funcionamiento capacidades que no sabíamos ni que las teníamos e incorporamos recursos de afrontamiento que nos permiten enfrentar y remontar el vuelo más ricos y fortalecidos.
LA CRISIS ES UNA OPORTUNIDAD PARA CRECER