A menos que vivamos en la cima de una montaña o que hayamos crecido en una familia de robots, hay muchas posibilidades de que, a lo largo de la
vida, tengamos conflictos de una u otra índole en las relaciones que establecemos y es por eso que se hace necesario que seamos capaces de poner en marcha nuestros recursos y afrontar las dificultades de forma adecuada.
desacuerdo, y eso es normal, saludable e inevitable, pero no tiene por qué
incluir una pelea.
opiniones y preferencias distintas. No hay nada malo en ello. Sin embargo, solo
cuando creemos que nuestras ideas, opiniones y preferencias son las “correctas”
y las de los demás están “equivocadas” o también cuando nos da miendo expresar
una opinión discordante, es cuando
surge el problema.
seguridad, será desafiado. La segunda puede provocar irritación contenida,
depresión e incluso enfermedad en forma de trastorno psicosomáticos.