Un año más he tenido el privilegio de vivir los Sanfermines junto a personas auténticas y maravillosas que, como siempre, me han acogido con una sonrrisa explendida y unos brazos muy abiertos y dispuestos para abrazar.
todo es fiesta, alegría, cánticos al son de las bandas, baile y comida a raudales, cualquier comida que imagines está en la plaza una tarde de toros, desde pochas, ajoarriero, estofado de toro, garbanzos, marmitaco… en fin solo tienes que pedir y ¡a comer!
Gracias a todos por vuestra acogida y vuestros mimos, os guardo en mi carazón con mucho cariño .