Si vives en el amor
por todos tus poros
generas amor,
un amor que se expande
que acoge y abriga,
acompaña y nutre
alimentando y envolviendo
a quien eres
a quien soy.
El amor,
esa clase de amor
que invita a la concordia,
nos hace piña y hermana
estés dónde estés
esté dónde estoy.
Ese amor que nos impulsa
que genera entendimiento,
que conecta desde el Ser
con el corazón abierto,
y nos funde en el encuentro,
pienses tú como pienses
piense yo como pienso.
Ese amor que nos iguala
que nos hace semejantes
que nos aúna en los fines
salvando todas las trabas,
porque el amor siempre salva
y reduce la distancia,
seas tú como seas
sea yo como soy.
El amor,
ese amor que nos invita
a cogernos de la mano
en la tempestad y la calma,
a mirarnos a los ojos
para besarnos el alma
sea cual sea tu color,
sea cual sea mi raza.
El amor,
esa clase de amor
que auna los corazones
en una risa,
en una lágrima
inventándose besos
para besarla,
esa clase de amor
que extiende sus manos
y no pide nada.
Hablo de ese amor
fuente inagotable de esperanza,
que solo necesita amar
y hacer del amor palabra,
abrazo, beso, caricia,
que luche contra las lanzas
que generan desencuentro
que traen discordia y distancia,
porque el amor siempre vence
y ondea su bandera blanca.
María Guerrero