¡Cómo será! “¡Cuídate!”, dijiste al despedirte con un abrazo de madre , “por favor”, fue tu beso en mis labios, esos labios que estaban allí buscando otros inciertos. Me esperaste un año entero, un año entero por un día y volviste al barco del encuentro para saber que seguías viva en mi memoria, vivo en tu recuerdo. “Apenas sé nada de ti”, confesaste sentada en el banco del parque, “tú tampoco sabes de mí”. ¡Qué importan los detalles!, exclamó mi corazón, sintiendo lo más, sabremos lo menos. Aún así, detengámonos. Miremos para atrás y pongámosle flores a nuestros huertos. En el mío ahora hay enredos, silencios, ilusiones, pasatiempos. ¿Hay en el tuyo algo más que desconciertos? ¿Horarios, clases, desvelos por empujar el saber certero, manos que se juntan rezando un Padre nuestro?. Francisco y Clara, Juan y Teresa, Tú y Yo, soñando sin saberlo, haciendo historia con nuestros dedos, rompiendo muros al desaliento, sintiéndonos humanos, ¡tan pequeños!. ¿Cómo será cuando estemos en la dicha y el buen silencio nos reciba, nos envuelva en un abrazo que será eterno?Valentín Turrado