Había una vez un elefante que había nacido en un circo. Como sus antepasados, estaba destinado para formar parte de ese gran espectáculo y para ello fue adiestrado desde pequeñito.
En las horas de descanso, el elefantito permanecía a la puerta de la gran carpa del circo, amarrado con una gran cadena que pusieron, de un extremo en su pata y del otro sujeta a una estaca que estaba clavada en el suelo, con la finalidad de evitar que se escapara.
El elefantito tiró, lloró, se desesperó, puso todas sus fuerzas en soltarse de la cadena pero le resultó imposible. Hasta que un terrible día llegó a una conclusión:
No puedo soltarne, tendré que permanecer aquí atado hasta que me suelten.
Pasaron loa años y el elefantito creció, convirtiéndose en un animal de volumen descomunal. Cada vez que terminaba su actuación, de nuevo era encadenado a su estaca, pero él ya no se resistía.
Ya no intentaba soltarse aunque la cadena que le encadenaba a la estaca se había convertido en una débil atadura para su imponente embergadura.
Solo con un pequeño tirón habría logrado desasirse de la cadena pero se había acostumbrado a vivir encadenado y ni siquiera pensaba ya en intentarlo.
Así comienzan nuestras relaciones de dependencia con las personas de nuestro entorno, COSTUMBRE Y ACOMODACIÓN.
La mayoría de nosotros comenzamos adtádonos a las situaciones de nuestra vida por la necesidad de satisfacer nuestras necesidades básicas de amor, protección, afecto y cuidado, así como por la necesidad de protegernos a nosotros mismos.
Aprendimos a encadenarnos y someternos a relaciones insanas por la necesidad de sobrevivir, de salvar nuestro mundo emocional, mental y el algunas ocasiones también físico.
De mayores reproducimos esa misma forma de relacionarnos que, en muchas ocasiones nos mantiene atados, atrapados y apartados de nosotros mismos para someternos a las directrices y deseos de las personas de nuestro entorno, sin la posibilidad de satisfacer nuestras propias necesidades.
¿SE PUEDE DESHACER EL NUDO?
La buena noticia es que SI. Basta con que tomemos la decisión de querer romper la cadena que nos ata al mundo de lo conocido de nosotros y nos atrevamos a adentrarnos en nosotros mismos para descubrir todas las posibilidades que tenemos de vivir de un modo diferente, poniendo a funcionar nuestras capacidades y arriesgándonos a vivir con la confianza puesta en nosotros mismos.
Te sugiero que cada mañana te mires al espejo , respires profundamente y mirándote de frente te digas: ESTE/A SOY YO Y ASÍ ESTÁ BIEN.