Acabo de regresar a Murcia después de unos días de curso en Villagarcía de Campos, provincia de Valladolid, dónde nos hemos reunido personas de León, Salamanca y Valladolid, bueno y yo desde Murcia, un poco más lejos.
El curso de CRECIMIENTO PERSONAL está dentro del programa AGENTES DE AYUDA que promueve el TELÉFONO DE LA ESPERANZA, que precisamente en estas fechas cumple 40 años dedicados a la ayuda de las personas que sufren, que están solas, que tienen problemas de pareja, crisis existenciales, depresión, ansiedad, rupturas sentimentales, procesos de duelo, falta de comunicación o comunicación deficiente, que son incomprendidas, que piensan que su vida no tiene sentido y se les pasa por la cabeza que mejor no vivir. Otro día me meteré más a fondo para que lo conozcáis mejor y tengáis la certeza de que no estamos solos en momentos de crisis, esas que a todos nos ocurren alguna vez, o muchas, porque bajo el nombre de TELÉFONO DE LA ESPERANZA estamos muchas manos preparadas y dispuestas para para abrazar y recoger el dolor y la angustia de corazones que sufren.
Bueno pues a lo que iba. Me siento feliz y agradecida a la vida por haber tenido la oportunidad de compartir estos días con personas que quieren crecer, primero para ayudarse así mismas y sentirse más conscientes, plenas y satisfechas con su propia vida y segundo, no menos importante, para ayudar a otras personas, empezando por las que tienen más cerca, hijos, parejas, familia, amigos,… y si es que así lo sienten, extendiendo esa ayuda a otras muchas personas que tanto la necesitan. Todos podemos ayudar y nunca son suficientes manos para tanta necesidad.
Hoy, ya aterrizada en mi quehacer cotidiano, me siento feliz al recordar vuestras caras ilusionadas, vuestros abrazos, vuestras lágrimas, vuestra recién iniciada fe en vosotros mismos, vuestra esperanza.
UN ABRAZO MUY GRANDE CON MI CARIÑO Y AGRADECIMIENTO
