Ayer caí, para hoy levantarme con más fuerza…el suelo es necesario…Y mi sombra, alargada….es también parte de mi. Aprendo a abrazarla para iluminarla…las lágrimas, como la lluvia…traen sabiduría y riqueza a quien las vierte. El dolor, gran maestro, me muestra senderos que nunca conocí…. inexplorados. Hoy, pese a él, vuelvo a erguirme, paciente y orgullosa, porque hoy, es otro día en el que he saludado a mi alma…
Jose Hernández