Esta noche hablaré del MIEDO en Puerto Lumbreras. Será a las 8.30 en el Cantro de la Mujer de Puerto Lumbreras
A lo largo de esta charla vamos a hablar de ese compañero inseparable, silencioso, que nos acompaña en muchos momentos de nuestra vida, a veces para prevenirnos, otras para asustarnos, desconcertarnos, dificultar nuestras relaciones con la pareja, los hijos, los amigos, compañeros .. o incluso para paralizar nuestra acción.
Iremos viendo como hay muchos y muy distintos tipos de miedos. Cada uno encierra en sí una peculiar forma de manifestación y cada uno se mantiene por medio de una alimentación diferente que procede de nuestra particular forma de ver e interpretar el mundo.
Así el miedo puede jugar el papel de un “sentimiento adecuado” (derivado de una valoración ajustada de nuestras circunstancias ambientales) y ayudarnos a eliminar satisfactoriamente la amenaza percibida; o de un “sentimiento inadecuado”(derivado de una valoración desproporcionada de nuestras circunstancias). En este caso es cuando el miedo se convierte en algo paralizante.
En cualquier caso el desencadenante del miedo es la percepción por nuestra parte de una amenaza real o imaginaria a nuestra seguridad,integridad,salud y bienestar tanto físico como psicológico.
La intensidad con la que experimentamos esta emoción va a depender también de la capacidad que cada cual se atribuya para enfrentarse o para rechazar la amenaza,de forma que el nivel de miedo que experimentemos va estar en función del valor que le asignemos a la amenaza y el que asignemos a nuestra capacidad de enfrentarnos a ella.
El miedo, como cualquier otra emoción, puede llevarnos a perder el control de las situaciones y de nosotros mismos. Como esta situación de falta de control nos angustia y nos desposiciona de nuestra forma conocida de actuar, que es la que nos permite sentirnos “cómodos”, lo que generalmente tendemos a hacer es evadir, ocultar sustituir o camuflar esta emoción, con lo que contribuímos directamente a fijarla en nosotros y a sobredimensionarla, provocando una emoción más intensa.
ALGUNOS EJEMPLOS
Ej. Si un día, en una reunión de amigos, participé expresando una opinión y esta fue rechazada, segfuramente me sentí molesta, dolida o despreciada y extraje una conclusión: ya no pienso decir nada más, así no me podrán hacer daño.
El miedo al rechazo comienza a intensificarse e iré adaptando mi conducta para no sentirlo, por lo que me callaré, dejaré de participar en las reuniones es incluso puedo llegar a dejar de salir y de relacionarme.
Ej. Estoy molesta con mi amiga, ha hecho algo que me ha molestado y pienso “le voy a decir que su conducta me ha molestado” pero no se lo digo, aparece el miedo al rechazo y me paralizo, no me atrevo. Otras veces me atrevo, le digo lo que me ha molestado o lo que no me ha gustado y me encuentro con que la expresión de mi malestar no es acogida o provoca más conflicto, aparece el miedo al conflicto con toda su fuerza y como forma de evitarlo, decidiré callame la proxima vez que algo no me agrade.
En cualquiera de las dos situaciones el miedo de nuevo vuelve a dirigir mi conducta. Automaticamente aparacerá ese amigo aliado permanente del miedo y la paralización llamado «ISI» que nos acompaña en el camino, “Isi” se enfada, “Isi” deja de quererme o me abandona, “Isi” ya no me llama más o deja de contar conmigo, como consecuencia, me guardo mi enfado y me comporto como si no pasara nada.
Vemos como el miedo es nuestro amigo inseparable, está presente en muchos momentos de nustra vida, marcando nuestras conductas.
SI EL TEMA ES DE VUESTRO INTERÉS… OS ESPERO