Cuántos corazones
se cruzan en silencio,
cargados de maletas
de bultos repletos,
sin mediar palabra
que alivie su peso.
Se encuentran, se hablan
cada uno en su dialecto,
se oyen pero se entienden
se miran con ojos secos,
la distancia se hace grande
y la emoción busca un hueco
en el que resguardarse
y protegerse del miedo,
a esa soledad implacable
que cala como aguacero.
M.G.