una actitud de empatía, consciencia, respeto, esfuerzo, concentración,
paciencia, admiración y también es una necesidad, claro, como respirar. Es todo
eso simultáneamente. El enamoramiento producto del flechazo sólo se convertirá
en amor genuino y compartido si ambas partes deciden y eligen a su contraparte
y tienen una actitud personal y recíproca como la descrita arriba.
humano a quién amar, porque amar es algo que “eleva” a quien lo siente y se
permite hacerlo sin esperar nada a cambio y sin sobrepasar los límites
personales del amor por uno mismo. El amor es un equilibrio entre darse a
uno mismo y dar al otro, a diferencia de lo que normalmente se cree
que es “dar y recibir”. El amor es fundamentalmente DAR.
EL AMOR NO NACE HECHO, SE CONSTRUYE DÍA A DÍA
crea problemas muy profundos en las relaciones de pareja. El terreno del amor
se convierte en una lucha constante por tener el amor del otro, no importa qué
tengamos que hacer para ser amado y lograr mantener ese amor el mayor tiempo
posible y en la misma intensidad. En el centro de esta manera de relacionarse
también existe la idea falsa de que para ser amado hace falta hacer “algo”, es
decir, se requiere hacer y tener para ser dignos de amor.
aprender sobre el amor, que sólo basta con encontrar a quien te ame y a veces a
quien a amar, en ese orden. Pareciera que la falta de amor en nuestras vidas
tiene una única causa: no hemos encontrado aún a la persona adecuada, la que
nos sepa amar tal cual somos. Creo que es mucho más que eso.
mágicamente, sin esfuerzo, cosa que contradice el aprendizaje de cualquier
oficio, arte o interés profundo en los demás ámbitos de la vida. Si queremos
amar tenemos que tener la paciencia, la concentración, la decisión y el coraje
de quien persigue un sueño y hace todo lo humano posible para alcanzarlo. El
amor, sentirlo y poderlo dar, tiene que convertirse en un fundamento de vida,
en un imprescindible. Amar tiene que ser una acción antes que cualquier otra
“cosa”.
vivirlo como una capacidad humana, dormida o no, pero capacidad al fin de
cuentas. Hemos convertido a las personas en objetos, así como se compra
un objeto atractivo se trata de “comprar” a una mujer o un hombre. Por eso el
afán de conquista y de posesión. Es decir, el premio que se quiere conseguir ya
no es un coche o una prenda de marca sino un humano, y el deseo de tener una
pareja a como dé lugar se construye desesperadamente y de la misma forma en
cómo deseamos una nueva computadora, una bolsa Gucci o cualquier otro bien
material. Los cortejos funcionan como intercambios entre compradores y
vendedores de mercancías, en ese terreno artificioso y falso es difícil que el verdadero
amor surja y se construya.
feliz, sentirse acompañado, mejorar su estatus social o económico, lucir un
trofeo de carne y hueso, etc., sino que ambos humanos son finalidades en sí
mismas y en reconocer y sentirse conforme con eso está la clave del amor. Por
eso para amar importa sentir que uno ya es todo lo que necesita, y que
al amar compartimos lo que ya se es con un otro.