Cuentan
que un día estaba Mullah en la calle, en cuatro patas, buscando algo, cuando se
le acercó un amigo y le preguntó:
–
Mullah, ¿qué buscas?
Y
él le respondió:
–
Perdí mi llave.
–
Oh, Mullah, qué terrible. Te ayudaré a encontrarla.
Se
arrodilló y luego preguntó: – ¿Dónde la perdiste?
–
En mi casa.
–
Entonces, ¿por qué la buscas aquí afuera?
–
Porque aquí hay más luz.
Aunque
les parezca cómico, ¡eso es lo que hacemos con nuestra vida! Creemos que todo
lo que hay que buscar está ahí afuera, a la luz, donde es fácil encontrarlo,
cuando las únicas respuestas están en el propio interior.
Salgan
a buscarlas afuera, que jamás las hallarán…