Solo nos acaricia, el amor que prodigamos
solo nos alegra, la sonrisa que regalamos
solo sacia nuestra sed, el agua que bebimos juntos
solo nos alimenta, el pan que compartimos
solo nos descansa, el cansancio del peregrino al que hospedamos
solo nos consuela, las palabras con que confortamos
solo nos guía la verdad que proclamamos
solo nos sana el consuelo que ofrecemos
solo nos libera la vida nueva del preso liberado
solo nos dará paz la ofensa que perdonamos
solo nos hará renacer la esperanza, las manos con que abrazamos.
Así la humilde solidaridad de cada día, como flor que en silencio entrega su perfume, constituye fraternidad y enriquece nuestra vida, porque solo…
NOS QUEDA LO QUE DAMOS