Y sé que no me moriré sin ti, deseo compartir contigo todo lo posible (bueno y menos bueno) si tú lo deseas.
Ahora que sé que no te necesito, me gustaría recibir tus caricias siempre que tú desees dármelas.
Ahora que sé que no hay nada eterno, me gustaría vivir cada ahora que nos queramos regalar.
Ahora que sé que dar no significa esperar respuesta, me encanta darte todo lo que puedo en cada instante.
Ahora que he aprendido a no apegarme a nada, te cuento que sentir tu piel me hace ser eterna a cada paso.
Ahora que soy mía, me gusta regalarme en cada beso que te doy (pongo tanta atención cuando te beso…)
Ahora que no me debe quedar mucho tiempo de vida, te cuento que el tiempo que paso contigo me parece el mejor de los regalos y que es lo único que me importa.
Ahora que sé que el placer de AMAR no tiene comparación con ningún otro placer y que soy dueña de él, decido AMARTE libremente para mejorar mi vida.
Ahora que sé que nadie tiene que hacerme feliz, te hago saber que estar en tu compañía me alegra la vida y que tus caricias me saben a gloria y todo esto, me permite aumentar mi estado de felicidad, que sólo de mí depende.
Ahora que sé que tengo derecho a decir lo que pienso, deseo o siento, te hago saber que tu cuerpo me llena de una energía maravillosa, que despierta todos mis sentidos, que me conmueve y me hace desear más.
Begoña Abad, un regalo de mujer.