antes de que el adiós llegue
a encontrar un hueco
En el fondo del corazón.
Hay que decir adiós
cuando se separan los caminos
y no se puede contemplar
Juntos el horizonte.
Aún con dolor,
aún con amor,
adiós.
Entonces queda el vacío,
La noche negra sin alas,
El aullido del lobo amenazante,
El frío y la nostalgia,
Hasta que un rayo rompe la tempestad
Y el aguacero anuncia nuevas flores
Sobre un horizonte lejano.
El vacío si, el vacío
Alimentado de silencios
Nutriendo el alma,
Acariciando suavemente
El corazón herido,
Lamiendo sus heridas
Hasta curtir la piel
Como soplo divino,
Haciendo emerger al esperado,
Al ser nuevo que nace
Insuflado de la vida
Que me habita…
María