Lejos ¡Que lejos estás, Amor..!
Como esos aviones que parecen estar cerca
y apenas alcanzas a divisar con la mirada.
O esos deseos que un día tocaste con las manos
y otro, sin darte cuenta, te olvidaron.
Ahora que mi corazón salió a la plaza
y la encontró vacía,
vacía porque tú estabas.
Ahora que el arco iris se posó en el horizonte
y no pintó tu color preferido.
¡Qué lejos estás!
Ya no exhalo tu aroma
ni distingo tus palabras.
Se me hace borrosa tu sombra
y mis labios están secos en tu ausencia.
Confundo tus pisadas
y tus latidos – ¡tan lejos!- ya no laten para mi.
Soy un eremita .
Vagabundo a ninguna parte.
Árbol solitario.
Estepa sin agua.
Un sisón.
Dicen que el corazón no sabe de distancias
pero sí de abismos,
acantilados,
aguaceros,
nostalgias.
Vivimos en continentes distintos.
En desiertos, en oasis distantes.
¿Qué bruja me puede llevar hasta tu alma?.
¡Qué extraño..!.
Al escribir estos versos
siento que estás cerca,
como si tus dedos los estuvieran escribiendo
y más que mi poema
fuera tu poema escrito desde lejos.
Valentín Turrado