Anoche al terminar la tarea del día abrí el blog, como cada noche, mientras meditaba acerca de cuál sería mi próxima entrada, miré las estadísticas y me sentí una vez más emocionada por vuestra acogida. De norte a sur en España estaba lleno de banderitas que indicaban las entradas, a las que se sumaban muchas más señalando a Sudamerica, Argentina, Colombia, Venezuela, México, Bolivia, Brasil, República Dominicana, más allá California, más acá Europa, Londres, Francia, Roma, Alemania.
Me sentí emocionada, muy emocionada, fue un momento mágico de conexión con todos vosotros, en el que las energías fluían y me llenaban de ternura y agradecimiento.
Si vives en el amor
Por todos tus poros generas amor,
Un amor que se expande
Que acoge y abriga
Que acompaña y nutre
Que envuelve y alimenta
A quién eres
A quién soy.
El amor,
Esa clase amor que nos hermana
Estés dónde estés
Esté dónde estoy,
Ese amor que nos iguala
Que nos hace semejantes
Seas tú como seas
Sea yo como soy.
El amor,
Ese amor que nos invita
A cogernos de la mano
En la tempestad y la calma,
A mirarnos a los ojos
Para besarnos el alma,
Sea cuál sea tu color
Sea cuál sea mi raza.
Ese amor,
Esa clase de amor
Que aúna los corazones
En una risa, en una lágrima,
Inventándose besos
Para besarla,
Que extiende sus manos
Sin pedir nada.
Si, ese amor
Fuente inagotable de esperanza,
Que tan solo necesita amar
Y hacer el amor palabra,
Abrazo, beso, caricia
Que luche contra las lanzas,
Porque el amor siempre vence
Y ondea su bandera blanca.
María Guerrero