«Sin ti no soy nada», reza la canción de Amaral, con el mismo mensaje de tantas y tantas otras canciones que nos han bombardeado a través de todad las épocas y en todos los estilos posibles de música.
Si lo piensas bien ¿realmente no eres nada sin esa persona que amas o crees amar?
Cuando esa persona llegó a tu vida tú ya respirabas, andabas, la sangre corría por tus venas, pensabas, soñabas, sentías, reías y llorabas. Seguramente te sientes triste al perder una relación importante pata ti pero ¿que te quita, que te resta de ti, para llegar a pensar que no eres nada si no está en tu vida ahora?.
A esta angustia que nos envuelve con un papel celofan de color negro a la hora del adios, le llamanos amor, ¡le quiero tanto que no puedo vivir si no está a mi lado!.
Cuando nos enganchamos en esa desesperación no olvidamos de nosotros mismos, nos impedimos seguir viviendo y desarrollandonos. ¿Es el amor el que nos mantiene atrapados o es la dependencia que nos debilita y nos hace pensar que solos no poedemos?.
El amor vive dentro de ti y nadie te lo puede quitar. Puede ser que la persona dónde hemos proyectado nuestro amor se aleje de nosotros, pero nunca se podrá llevar a quienes somos ni nuestra capacidad de amar, que es solo nuestra y es dónde radica la fuerza que nos ayudará a remontar las dificultades y la pérdida para continuar nuestro camino.