Generalmete, cuando de encontrar pareja s trata, pensamos «CUANDO ENCUENTRE MI MEDIA NARANJA SERÉ FELIZ»,
nada más lejos de la realidad.
Su buscamos la media naranja, en realidad estamos buscando una persona a medias. Partimos de la base de que nosotros también somos solo una parte de quienes somos, nuestra visión de nosotros está sesgada, entonces, inconscientemente estamos buscando alguien que no complete y a alguien a quién completar.
DOS MEDIAS NARANJAS HACEN UN ZUMO EMPOBRECIDO.
Si partimos de este presupuesto, nos enamoramos de aquella persona que, por sus atribuciones, pensamos que cuadra con nosotros, pero lo hacemos teniendo en cuanta solo nuestra parte que se encuentra necesitada y vemos del otro solo la parte que satisface esa necesidad.
¿Cuál es nuestra parte vulnerable o necesitada?
Cuando desde niños empezamos a darnos cuenta de que nuestras necesidades emocionales no son atendidas, que no recibimos lo que necesitamos, ya sea atención, muestras de cariño, respeto por nuestros sentimientos, nuestros pensamientos, etc, llegamos a la conclusión de que no merecemos suficientemente la pena, entonces comenzamos a desarrollar un repertorio de comportamientos adaptados a las necesidades de nuestros padres y del ambiente en el que vivimos.
De esta manera, comenzamos a recibir la aceptación que necesitamos así que fijamos esos compormientos sin conciencia de que se trata de una adaptación y que en realidad, quienes somos realmente, nuestras tendencias, lo genuino de nosotros, se queda relegado en una zona oculta e inconsciente a la que cada vez tenemos menos acceso.
El conjunto de comportamientos queda enmarcado en los roles que vamos a desarrollar en nuestras relaciones. Si en casa tenía que ser la niña buena para obtener aceptación, eso implica que he de comportarme de acuerdo con ese rol, de esa forma todos mis comportamientos irán encaminados a confirmar lo que creo que soy «buena». Si cuando me portaba muy bien me reconocían y me daban lo que necesitaba, entonces creeré «siempre que sea buena sabrán lo que necesito y me lo darán».
A la hora de mantener una relación, esperaremos la misma respuesta por parte de nuestra pareja, «si me quiere, sabrá lo que necesito y me lo dará». Desde esta postura la decepción está garantizada, en realidad se trata de fantasear con que otra persona, nuestra pareja» esté pendiente de nosotros todo el tiempo y ADIVINE nuestras necesidades. Para ello nuestro lenguaje gestual es muy amplio, ponemos «caras», «morros», nos negamos a hablar para que se de cuenta de nuestro malestar, decimos que no a lo que queremos decir sí, en fin hacemos uso de nuestra creatividad para, al final, terminar dolidos, desencantados y frustrados.
NO ESPERES QUE TE ADIVINEN
PIDE LO QUE NECESITAS
YO SOY YO
Y ME RESPONSABILIZO DE LO MÍO
TÚ ERES TÚ
Y TE RESPONSABILIZAS DE LO TUYO
SOMOS DOS NARANJAS ENTERAS.