En un principio la Terapia para mí era como buscar una tabla de salvación en una tormenta en el Mar, necesitaba hacer algo para saber que no me abandonaba a mi suerte, que iba a intentar ponerle remedio a mi situación, no tenía mucha confianza en que funcionara, pero tenía que intentarlo.
Poco a poco empecé a ser consciente de que, sí, de que había la posibilidad de que una terapia funcione, de que se podía cambiar la forma de pensar y de actuar ante ciertas situaciones, seguía sin tener claro que fuera a mí a quien le funcionase,pero seguro que algunas personas les valdría, pero como yo quería ser una de ellas, lo seguí intentando, y sin darme a penas cuenta y casi de una manera inconsciente, empecé a sentirme mejor cada día, cada semana, a observarme, a darme cuenta donde me equivocaba, y de repente un día, lo vi todo clarísimo, YO TAMBIÉN PUEDO, solo necesito trabajar.
A partir de ese momento la terapia se ha convertido en una ventana abierta a mi interior, a mi YO, desde donde, de una forma consciente y objetiva, intento conocerme mejor, para poder así despojarme de todo aquello que me hace sentir mal, de todo aquello que no es mío, si no patrimonio familiar.
GRACIAS MARÍA
ESPERANZA