Podemos
pensar, equivocadamente, que el dolor es una de las formas de
castigo. Esta idea puede venir de nuestros recuerdos acerca de cómo nos
castigaban nuestros padres cuando éramos niños y hacíamos alguna fechoría, por
lo que hemos consolidado la creencia de que todas las cosas malas que nos
suceden son castigos, es por ello que tendemos a buscar explicaciones falsas y
a autoinculparnos.
uno de cada 400.000 bebés nace destinado a vivir una vida corta y penosa, una vida
en la que se lastimará frecuentemente, a veces muy seriamente sin saberlo.
Estos niños sufren una enfermedad genética conocida como Disautinía familiar,
cuya característica esencial es la incapacidad para sentir dolor.
niño puede quemarse, romperse un hueso, tener una enfermedad y no sentirá dolor
alguno. Sus padres no sabrán que el niño está enfermo hasta que sea demasiado
tarde.
–
Es el medio por el cuál la
naturaleza nos avisa de que algo nos está sucediendo, de que alguna parte
de nuestro cuerpo no funciona como
corresponde o de que le estamos exigiendo más de lo que está capacitado para
hacer.
–
Es común a los animales y a las personas, pero existe un nivel de dolor que
solamente corresponde a los seres humanos, puesto que únicamente las personas
somos capaces de encontrar un significado en el dolor.
– Es el precio que pagamos por estar vivos.
podemos hacer con nuestro dolor para que tenga un sentido?.
transformar las experiencias dolorosas de nuestra vida en dolores de
crecimiento?.
El dolor
transforma a algunas personas en envidiosos y en perfectos amargados, a otras
personas les afecta acrecentando su sensibilidad y su capacidad de comprensión. Es, por tanto, el resultado y no la
causa del dolor el que hace significativas ciertas experiencias dolorosas y
vacías y destructivas a otras.
Distinguir dolor y sufrimiento puede sernos de mucha utilidad, el dolor es legítimo, un sentimiento sano que, como todos los sentimientos, no perdura en el tiempo, el sufrimiento sin embargo es opcional y significa estar enquistados en situaciones dolorosas sin dejarlas pasar, vivir resentidos, es estar re-sintiendo una y otra vez el dolor vivido.
Ser humanos significa ser libres para tomar
decisiones, por ello cada uno de nosotros somos libres para enfrentar,
eligiendo, como queremos vivir el sufrimiento, en función de la percepción y el
significado que le atribuimos a nuestras experiencias dolorosas.