MI QUERIDA YO

Querida yo:

Últimamente has estado muy
pérdida, desilusionada y enfadada con la vida, totalmente  incapaz de poner orden en tu cabeza y en tu
corazón. En una continua lucha interna.
Parecerá una tontería pero de
repente todo se te hizo grande y, fíjate por dónde, viniste a descubrir a una niña
que no sabías ni que existía en ti y ahora te está ayudando un poco a entender
porque sufres tanto en algunas situaciones, cuál es tu problema con las
relaciones y la causa por la que llevas tan mal los mal de amores.
Ahora estás tratando de ser más
comprensiva contigo, menos dura…pero todavía te machacas mucho. No tienes paciencia
y te enfadas viéndote cómo pasa el tiempo y sigues sufriendo por personas que
no lo merecen, por situaciones que no se dan como esperas, por esa necesidad de
que te valoren, de que te quieran…de que te conozcan y se queden contigo. ¡¡Puta
impaciencia!!
Aun
te enfadas, pero ahora entiendes que son tus carencias afectivas, tu necesidad
de cariño y la ausencia de un padre, que pudiendo estar te ha faltado siempre,
lo que te lleva a echar de menos la idea de tener esa persona especial, alguien
que te sostenga, que te ayude, que haga tu vida diez veces mejor. Por eso
cuando alguien empieza a contar contigo en su vida y por un tiempo determinado
te hace sentir importante, querida y protegida, lo idealizas de tal manera que
cuando se impone la realidad te cuesta muchísimo aceptarla, te duele
increíblemente y te hace sentir una vez más esa niña que se queda sola
esperando a quien nunca vuelve y aferrada a lo que ya no existe.
Otra de las cosas que has
aprendido en este tiempo es que el escudo que te pusiste ante la vida para
protegerte sólo ha servido para que te crean fuerte pero no para hacerte
fuerte. Ha servido para no dejar salir tu dolor y que nadie se enterara, pero
no para evitar que entrara y tú sentirlo igualmente. Ahora ya sabes que ese
escudo para ti no ha servido de nada y hasta se ha llegado a convertir en parte
del problema, (tantas ocasiones en las que no has dicho lo que hay que decir
cuando se debe decir; en las que te has escondido tras una sonrisa y una actitud
de “y no me importa nada” para no hacer saber lo decepcionada y triste que estabas.
Tantas veces enfadándote por no tener el valor de decir lo que sientes y por salvaguardar
esa imagen que has creado de ti, aunque eso te lleve a no ser honesta contigo. ¡¡Puto
escudo!!.
Por lo demás, siempre has tenido
muy claro la clase de persona que te gustaría ser y te esfuerzas al máximo por
conseguir serlo. Por ser tu mejor versión, dar lo mejor de ti, disfrutar de la
vida, amar y servir…escuchar, leer, aprender y crecer. No necesitas mucho más. Te
esfuerzas por conseguir que la gente se sienta bien contigo y ser capaz de transmitirles
la fe, la energía y la alegría que como un gran don sabes que tienes y que por
nada del mundo quisieras perder.
Sabes perfectamente cuál es tu
filosofía de vida y la pregonas porque te encanta compartirla: que la vida está
llena de vida, de grandes bendiciones, de personas maravillosas y de aquellas
pequeñas cosas que dan una felicidad enorme a quién como tú la vive con pasión,
le busca un sentido y siempre encuentra una razón. Te encanta sentir así y contagiarlo.
Desearías que tu actitud fuese de
permanente gratitud precisamente por eso. Porque te sobran los motivos para ser
feliz tanto como te sobra ese puto ego que te hace creer que no.
En fin, ahora con todo lo que
sabes y lo que te queda por aprender:
Ojalá consigas ser más paciente, controlar
tu mente, elegir tus pensamientos, aceptar tus emociones, identificarte con
todas ellas, romper poco a poco tu escudo, sin miedo a nada ni a nadie o a pesar
del miedo a todo y a todos.
Ojalá aprendas a dejar ir, aceptar
lo que es, a agradecer más lo que tienes y a no obsesionarte por lo que deseas
y te falta.

Ójala no olvides que tú eres lo
que das, no lo que recibes. Espero que consigas sentirlo así y decir sin miedo
lo que sientes cuando recibas lo que no mereces.
Ojalá te deshagas de tu
victimismo cada vez que aparezca, practiques la empatía, no juzgues nada, seas
humilde y hagas feliz porque es la mejor manera de serlo. 
Lo consigas o no… 

TÚ QUIÉRETE MUCHO SIEMPRE 
Y NO DEJES NUNCA
DE INTENTARLO.

PD. Tu trabajo constante, tu actitud luchadora y valiente, tu empeño por atravesar barreras limitadoras, tu tesón en la busqueda de tu autenticidad, tus ganas de vivir y vivirte cada día más plenamente viva, te ha llevado al centro de ti misma.
Gracias por haber querido que comparta contigo este tramo del tu camino.

Autor entrada: MariaGuerrero