QUÉ ES PARA MI LA TERAPIA

Acudí a terapia por primera vez hace 2 años, nunca había tenido esta experiencia y aunque me habían dicho que me vendría bien, sinceramente no creía que me pudiera ayudar, ¿como me puede ayudar alguien que no me conoce ni sabe nada de mi?, ¿como voy yo a explicar lo que me pasa si no lo se?.
Solo sabía que me sentía triste, muy triste. Tenía la sensación de estar perdiendo mi vida, viéndola pasar por delante de mi como una mera espectadora pasiva, como una observadora crítica y cruel conmigo misma y con los demás sin poder hacer nada.
Me influenciaba todo y todos, las cosas me afectaban demasiado, tanto que me dejaban paralizada. No podía disfrutar de mi familia ni de mi marido, que dicho sea de paso me quiere mucho y hace todo lo posible para que esté bien, ni de mis hijos, que no tienen culpa de mis estados pero se que les afecta verme siempre abatida y malhumorada.
Me decidí a dar el paso y buscar una ayuda que necesitaba como el oxígeno para mis pulmones.
Tenía miedo, un desasosiego que me apretaba el cuerpo y lo hacía temblar cuando esperaba en la sala de espera de la consulta, quería salir corriendo a la vez que quería quedarme, todo era confuso en mi.
Después de la primera sesión, en la que me sentí acogida y comprendida, salí esperanzada, parecía que si había una salida para mi sufrimiento, una luz al final de un túnel negro.
Conforme avancé en mi trabajo, me fui dando cuenta de que la mayoría de los problemas que tenía los creaba yo misma, la mayoría de mi sufrimiento era gratis y lo alimentaba con mi actitud de victimismo, con la que intentaba conseguir el cuidado, la ayuda y el cariño que me faltaba, claro que nunca lo conseguía, por ese camino solo conseguía primero que me tuvieran lástima y después rechazo porque a nadie le gusta tirar de otro.
Mi tristeza permanente tenía su asiento en mi dependencia; daba, daba mucho para conseguir que también me dieran y pedía sin cesar, con exigencia camuflada de debilidad, me dieran lo que me dieran nunca era suficiente.
Hoy mi vida es diferente, totalmente distinta a la que malviví antes. Me siento más autónoma, más dueña de mi y más responsable de lo mío, así que vivo y también dejo libres a los que quiero para que vivan sin tener que cargar conmigo, me siento a gusto conmigo, disfruto de los míos y de tantas cosas que hay en mi vida, antes no podía ni verlas ni valorarlas.
La terapia has sido para mi, un regalo de amor a mi misma que se extiende a los demás.

Autor entrada: MariaGuerrero