NUESTRAS EXIGENCIAS NOS CARGAN LA ESPALDA

Vivimos arrastrando nuestras creencias sobre quienes somos, nos esforzamos en ser lo que los demás esperan que seamos, nos agotamos en hacer las cosas tan perfectas que al final, además de terminamos con desaliento y dolor en la espalda.
Me pregunto ¿porqué me empeño en ser distinto de quién soy?
Nuestras exigencias con nosotros mismos y con los demás, solo son un signo de nuestra falta de valoración, amor, respeto y reconocimiento hacia nosotros mismos.

Cuando siento que no soy suficiente, me esfuerzo en hacer más para demostrarlo.

Cuando siento que no valgo la pena, me esfuerzo en hacer más y mejor para que otros se den cuenta y me digan, sí vales, muy bien lo que has hecho. El problema es que, por mucho que me digan, no me lo creo.

Cuando siento que no se lo suficiente, me empeño en saber más, en saber de todo, vuelvo locos a los demás, no les dejo hablar, les juzgo ignorantes, sin darme cuenta de que al final, me comporto como un pedante y no consigo la valoración de todo lo que me esforzado por aprender.

Cuando siento que no hago lo suficiente, me esfuerzo en hacer más y más, sin respetarme, sin tener en cuenta mis necesidades. Entonces me agoto y aún en ese agotamiento, me empeño en seguir haciendo, porque si la valoración de mi tiene que ver con lo que hago, ¿que es lo que valgo si no puedo hacer o simplemente no quiero?.

Estos son solo unos ejemplos, indicativos que es lo que nos pasa cuando no nos valoramos por lo que somos.

Sería estupendo que camináramos en la dirección de buscar tan solo ser quienes somos, aceptándonos con todo lo que forma parte de nosotros y de nuestra vida: nuestro físico, nuestros miedos, nuestras inseguridades…etc.

Te invito a practicar cada día esta frase. Cuando la digas escuchate y deja que cale en ti:
ESTE SOY YO Y ASÍ ESTÁ BIEN.

ESTA SOY YO Y ASÍ ESTÁ BIEN.

Autor entrada: MariaGuerrero