LAS CARICIAS DE LA VIDA

A veces pensamos que querer es hacer grandes declaraciones y nos esforzamos para demostrar a los que queremos, que los queremos, incluso podemos pasar mucho tiempo elaborando una sorpresa o preparando un gran acontecimiento y ¿que es lo que sucede mientras tanto?, pues que quizá pasamos por alto las pequeñas cosas, lo cotidiano.

Para mostrar que queremos no es necesario hacer grandes declaraciones, es sencillamente hacer o decir cosas sin un motivo especial, tan solo se trata de cuidar los pequeños detalles que abren el corazón, ¿como te sientes?, ¡te invito a un café!, ¡qué guapa/o estás!, ¡cómo me gusta verte!, !me gusta estar contigo!.

Una caricia es decir ¡buenos días! al portero de nuestra casa, a la persona que nos atiende en la panadería…. a la vez que le regalamos una sonrisa.

Las caricias de la vida se manifiestan cuando podemos mirar al otro con los ojos del corazón, ya decía el Principito eso de «lo esencial es invisible a los ojos, solo se puede ver bien con el corazón».

Una caricia es estar presente con el otro, con su risa o con su llanto, con nuestra alegría o nuestra tristeza, solo podemos compartir auténticamente desde lo que tenemos en ese momento, ¡esto es lo que tengo ahora y quiero compartirlo contigo porque eres importante para mi!.

Una caricia puede venir de una palabra, de un gesto, una sonrisa, un abrazo, una mano en el hombro de quién lo necesita, una mirada limpia a los ojos del otro….

Una caricia de vida, es no juzgar ni criticar ni condenar, cada uno tiene el derecho de ser como es y actuar según sus criterios. Cuando juzgamos o criticamos o condenamos a los demás porque no piensan o actúan del mismo modo que nosotros, implícitamente les estamos diciendo yo soy mejor que tú, se más que tú, lo tuyo no merece la pena.

Una caricia es ser capaz de decir: tú tienes derecho a ser como eres y a actuar en base a lo que sientes y ASÍ ESTÁ BIEN.

Una caricia es decir TE QUIERO a los que queremos, a veces se nos olvida porque vivimos desde la creencia de que somos inmortales, ya se lo diré otro día. Puede ser que cuando queramos manifestar nuestro amor ya sea tarde y nos tendremos que conformar con decirle a otras personas cuánto queríamos al que se marchó y llevarle flores.

Deja salir a ese precioso niño que llevas dentro, permitete mostrar tu alegría con espontaneidad, tu generosidad con emoción y tus sentimientos como regalo para todos los que te rodean.

LAS CARICIAS NO CUESTAN DINERO Y SON UNA FUENTE PERMANENTE DE BIENESTAR EN NUESTRA VIDA Y EN LA DE LOS DEMÁS.
¡¡¡HAZ MÁS RICA LA VIDA,
REGALA CARICIAS!!!

¡¡¡TE INVITO A PROBAR!!!

Autor entrada: MariaGuerrero