¿COMO SON TUS PENSAMIENTOS?

Si sentimos según pensamos y en función de nuestros pensamientos actuamos y nos conducimos por la vida, es importante dedicar un espacio de nuestro tiempo para poner conciencia de qué pensamientos son los que ocupan nuestra cabeza la mayor parte de nuestro día.


-Si nuestros pensamientos son del tipo: debería hacer, debería haberlo hecho, tendría que…, no debería, las personas deberían, mi pareja, mis hijos, mi jefe.. deberían o tendrían que ser diferentes, comportarse de otro modo, cambiar, etc..

Estos pensamientos están regidos por la exigencia y encontraremos muchas dificultades para ver la vida de una forma objetiva y disfrutar de lo que nos trae en cada momento, sencillamente las cosas tal como son no están bien para este estilo de pensamiento, generalmente deberían ser de otro modo, lo que nos garantiza sentirnos malhumorados y disgustados con nosotros y con lo que nos rodea.

Los sentimientos más frecuentes son: tensión, agobio, presión, insatisfacción, inconformidad e impotencia, que no es más que rabia contenida.

Las sensaciones más frecuentes son las de no llegar nunca a tiempo, de no haber hecho lo correcto, juicios permanentes hacia nosotros y hacia los demás, de estar en el lugar equivocado, si estoy tomando un café DEBERÍA estar estudiando, si estoy estudiando, tendría que haber salido a tomar el café porque estoy encerrada todo el día y así sucesivamente.

Las consecuencias que se derivan son claras: Búsqueda de efectividad permanente, no disfrutar del momento, no vivir en el presente, ver la realidad sesgada y distorsionada, amargarse la vida y amargársela a los que nos rodean, es decir, ni vivir ni dejar vivir.

-Si nuestros pensamientos son del tipo: esto está bien, está mal, es correcto o incorrecto…, estamos teniendo un estilo de pensamiento crítico y moralizador.

Los sentimientos más frecuentes son la inseguridad, el miedo, la vacilación.
Las sensaciones más frecuentes son: pensar las cosas demasiado, buscar la forma de que los demás nos aprueben y nos hagan saber que hemos acertado. Entregamos un trabajo y nos quedamos mirando con los ajos muy abiertos, cuál es la reacción del otro, buscando su aprobación en cada gesto y esperando la palmadita en la espalda, en definitiva se trata de buscar una perfección imposible de alcanzar. Del mismo modo exigiremos a los demás que hagan las cosas “bien hechas”, claro está desde nuestra forma de valorar las cosas sin tener en consideración que existen otras muchas maneras de hacerlas.

Las consecuencias que se derivan son: dedicar demasiado tiempo para hacer las cosas, no estar nunca contento con el trabajo o la tarea realizada, siempre podría estar mejor, ver la vida en blanco y negro olvidando que entre el negro y el blanco está el arco íris entero y por supuesto, no vivir ni dejar vivir.


-Si nuestros pensamientos son del tipo: los demás piensan….entonces lo tenernos claro.

Los sentimientos habituales serán inferioridad y de malestar permanente. Estar pendiente de lo que piensan los demás supone entrar en un estado de angustia que no tiene fin ya que no podemos saber lo que piensan los demás, así que quienes tienen este estilo de pensamiento tenderán a jugar a ser “adivinos” y por supuesto encontraran en cada señal un motivo para montarse una película de terror.

Las sensaciones más frecuentes son: estar demasiado pendientes de los demás, adecuar sus comportamientos al que creen que es el gusto de los otros, actuar alienándose a los grupos para conseguir su aprobación, evitar los conflictos, poner una sonrisa permanente que les garantice la aceptación. Pirandello decía una frase que ilustra y resume lo que digo “Yo soy como tú me quieras”

Las consecuencias que se derivan son: dependencia, sumisión, vivir más pendientes de los otros que de nosotros mismos, limitar nuestras posibilidades de potenciar nuestras capacidades.


-Si nuestros pensamientos son de tipo victimista: “pobre de mí”, “nadie me quiere”, “la vida me trata mal”, “no merece la pena”..

Los sentimientos más habituales: tristeza, pena de sí mismo, rabia por la injusticia que sufren, frustración permanente, desvalimiento, inferioridad..

Las actuaciones más frecuentes: la espera de que los demás nos saquen las castañas del fuego, en realidad se trata de una táctica, muchas veces inconsciente, para que otros tomen decisiones por nosotros, de esa manera evitamos las consecuencias e incluso podemos culparles si se equivocan, en realidad el victimismo es un intento de evadir la responsabilidad de nuestros actos y en muchas ocasiones de nuestra vida.

Las consecuencias de este tipo de pensamientos comportan una actitud ante la vida. Cuando actuamos como víctimas de otras personas buscamos de una forma manipuladora, la ayuda de los demás, en un primer momento la conseguimos y aquellos que nos quieren se vuelcan para ayudarnos, sin embargo pronto se nos ve el plumero y nos ayudan, más que por amor, por el sentimiento de culpa que sienten si no lo hacen y al final, en el momento que les resulta posible se marchan terminamos quedándonos solos.
¿CUÁL ES TU ESTILO DE PENSAMIENTO?
DESCUBRIRLO ES EL PRIMER PASO PARA CAMBIARLO?
Existen muchos más estilos de pensamientos que nos amargan la vida continuaré con este tema en otros artículos.

Autor entrada: MariaGuerrero